
Acceso y Uso de Los Archivos: Una Mirada Desde el Periodismo de Investigación en Colombia
Reproducimos esta entrevista realizada el 12 de julio 2018. En esa ocasión Ignacio Manuel Epinayu Pushaina, expresidente de la SCA entrevistó a Juan Diego Restrepo, Director del portal VerdadAbierta.com, portal periodístico que cubre temas como derechos humanos, conflicto armado, justicia transicional y proceso de paz, restitución de tierras y que hace uso de archivos y documentos para darle consistencia a su contenido informativo.
Estamos con juan Diego Restrepo del portal Verdad Abierta, para la sociedad colombiana de archivistas y quienes nos siguen en nuestras redes sociales. Bienvenido, Juan.
Muchas gracias Ignacio, es un placer siempre estar con ustedes.
Háblanos un poco, sobre que es verdad abierta.
VerdadAbierta.com es un portal especializado en derechos humanos, conflicto armado, justicia transicional y proceso de paz que se creó hace 10 años en una alianza entre la revista semana y la fundación ideas para la paz y nos dedicamos exclusivamente a esos temas a profundidad, es un portal de generación de información a profundidad sobre temas de conflicto armado, crisis humanitaria, derechos humanos, que tiene una producción constante de un equipo muy capacitado en esos temas y que buscamos dar muchos elementos de contexto sobre lo que ocurre en el país. No hacemos un ejercicio periodístico de coyuntura, de salir todos los días con las noticias, sino que le damos unos enfoques específicos con unos matices más profundos para aportar información a nuestros lectores.
¿Cómo usan los archivos para soportar el ejercicio periodístico?
Una de las potencialidades que ha desarrollado Verdad Abierta en sus 10 años de trabajo es lograr que toda sus investigaciones estén soportadas en documentos, en ese sentido recurrimos mucho al soporte documental que viene por ejemplo de Cámaras de Comercio, que viene de notarías, que vienen de archivos de organizaciones estatales pero también de archivos de organizaciones no gubernamentales y de personas naturales, porque creemos que eso le da mayor rigurosidad a nuestra investigación. Entonces lo que hacemos son unos artículos a profundidad y en lo digital agregamos los documentos, agregamos una escritura, un certificado de representación empresarial, un archivo de hace 20 o 30 años, un documento judicial… entonces vamos haciendo una narrativa y vamos poniendo los documentos y eso nos da la idea de que somos mucho más rigurosos haciendo uso de los archivos de esa manera.
Lo que hace falta, desde nuestra experiencia, es que quien maneje los archivos sea consiente de la importancia de estos para un periodista.
www.verdadabierta.com
¿Has tenido alguna experiencia en el acceso a los archivos, inconvenientes, trámites, demoras en la entrega de los archivos?
Si, claro. Uno de los problemas que tiene el país, y creo que ese problema lo puede tener a futuro la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, que se crea con los acuerdos con las Farc, es el acceso a la información pública. Si bien hay una normativa clara que dice que hay unos términos para solicitar información, hay unos términos para entregar la información, dependiendo de la sensibilidad de los documentos que uno pida, es el mayor o menor obstáculo que se pone. En el trascurso de 10 años de trabajo con la idea de soportar todo con documentos hemos tenido que presentar hasta tutelas para que nos entreguen la información pública que estamos solicitando, particularmente en agencias que tienen que ver con el tema de tierras, que es un tema tan sensible en este país. Claro, los inconvenientes son muchos, los inconvenientes aquí en este país pasan por acceder a información de organismos de seguridad del Estado. Ellos siempre se escudan en que los documentos que ellos tienen son de seguridad nacional y por tanto no la suministran, eso podría ser muy debatible, porque uno pide informes generales, pero los altos oficiales de la policía y militares y no los sueltan.
Entonces si hay muchos inconvenientes en el acceso, a pesar de que está normado, de que hay leyes de transparencia y acceso a la información, nos dificultan mucho en ese sentido tener ciertos documentos.
Y lo otro que te quiero añadir es que una dificultad de trabajar con archivos, soportar todo con documentos es que es un trabajo muy costoso, cuando nosotros hacemos investigaciones de tierras, por ejemplo, despojo, acceso, restitución… comprar los documentos públicos a la Superintendencia de Notariado y Registro, por ejemplo nos sale caro, entonces hemos aprendido a presupuestar en las investigaciones que contratamos, la compra de documentos, creo que todos los que hemos investigado con soporte documental, ese es un obstáculo que el Estado debería ayudar a subsanar.
¿Es posible hacer periodismo sin documentos que soporten la noticia?
Jajajaja, si claro, posible sí, con el testimonio. Gran parte del periodismo Colombiano y en general en América latina se hace así, sin soporte, solo con el testimonio. Uno va y entrevista a una persona ya con eso da para para 2, 3 o 4 notas, y ves muchas notas sin soporte documental. Lo que pasa es que en el ejercicio nuestro, en nuestra disciplina investigativa, sí procuramos que toda investigación esté soportada en documentos, tenemos que ser mas rigurosos, quien el lector tenga más elementos. Pero que el periodismo se puede hacer periodismo sin documento El 90% del periodismo en Colombia es un periodismo testimonial, usted va recibe la declaración y hace la nota.
Y la información no se contrasta…
Pocas veces… en algunos casos no, Se manda el boletín, muchos boletines son transcritos literalmente, no se contrastan. Simplemente los medios titulan y ponen el documento de la entidad estatal textualmente. Que se puede hacer si, pero no es nuestro espíritu para trabajar de esa manera…
¿Qué falta los archivos, para que estos sean garantes de la verdad, justicia, garantía de no repetición?
Tiene que abrirse…
Tienen que abrirse… ¿Están cerrados los archivos?
Si claro, hay unos archivos que están clasificados, que son los de organismos de seguridad del Estado que están clasificados y por lo tanto cerrados, ahí no va a haber acceso en muchos años.
Lo que hace falta, desde nuestra experiencia, es que quien maneje los archivos sea consiente de la importancia de los archivos tiene para un periodista en este caso pueda acceder a ellos, que el archivista no se convierta en obstáculo sino en un facilitador, y muchas veces uno encuentra que en muchas entidades del Estado que no hay archivistas profesionales sino que atienden secretarias, un asistente, que no tienen incluso protocolos. Y eso ocurre mucho a nivel local, que falta mucha de capacitación para el manejo de archivos. Ahí si uno se encuentra con casos. Una vez escribiendo un libro con una estudiante sobre Mutatá en el oriente antioqueño, nos dejaron acceder a unos archivos en un local por fuera de la alcaldía, simplemente nos abrieron la puerta, esas rejas y nos dijeron vea busque en esas cajas (más o menos 500 cajas), en humedad, Mutatá es un lugar húmedo, mal clasificados, entonces lo que uno pide en estos casos que es haya mayor capacitación, sobre todo en lo local.
En las regiones…
Si, si, en las alcaldías por ejemplo. Yo entiendo que hay normas que ya le exigen tener eso clasificado, pero en dos o tres años que hemos visitado municipios eso es un desastre. Eso es un desastre.
De cara a la implementación de los acuerdos de paz que actualmente se lleva en Colombia, ¿Crees que los archivos han sido objeto de manipulaciones y alteraciones (o desapariciones en algunos casos)?
Yo creo que si, pero no de cara al proceso de paz. Creo que han habido grandes procesos judiciales, que por su magnitud e impacto social y político han sido objeto de destrucción, por ejemplo el caso del DAS, lo que popularmente se conoce como las chuzadas del DAS. Ahí entiendo que se destruyeron muchos documentos y se perdieron otros y eso no siquiera se había vislumbrado un proceso con las Farc.
Yo creo que los archivos se han destruido de cara al impacto social, de lo que significan esos archivos en los procesos judiciales, por ejemplo: un caso emblemático es del DAS y algunas piezas perdidas y destruidas, nosotros hemos tenido conocimiento de mucho material de organismos militares comprometidos en ejecuciones extrajudiciales, en algunos batallones, brigadas, que también han sido destruidos, y eso no es de cara al proceso de paz, eso es de cara al impacto.
También hay destrucción y pérdida de archivos en el tema de tierras, en relación con la liquidación del Incoder y su transformación en la Agencia Nacional de Tierras, hay todo un lío ahora con el manejo de los archivos de incoder que son que miles y miles de expedientes de la historia de las tierras en Colombia, que ahora cobran vigencia no tanto por el proceso de paz sino por todo el proceso de restitución de tierras, que ahora cobran mucha importancia.
Lo que si es claro que en el marco del acuerdo de paz, cuando entren a trabajar la JEP, la comisión de la verdad y la unidad búsqueda de victimas de desaparición forzada, yo si creo que ahí va a continuar la pérdida, destrucción y desaparición de muchos documentos.
¿Cuál ha sido la experiencia más traumática (positiva o negativa) con relación a los archivos, en toda tu trayectoria?
Una vez, una traumática… Como periodista y como investigador en el manejo de archivos empecé en el 2006, fue un ejercicio que se estaba haciendo en una organización donde yo trabajaba en Medellín ahí logramos a aprender a manejar primero los expedientes judiciales y algunos casos emblemáticos en Antioquia, de cara a producir un libro que posteriormente salió publicado, con un equipo de profesionales. Ahí se cometió un error muy grande y como no sabíamos que podíamos fotografiar archivos, pagamos 2 millones de pesos por unas fotocopias de un expediente judicial. Un expediente muy importante en la costa. Ese fue el primer drama. Debimos manejar las cosas de otra manera. Y lo segundo es que esos papeles se perdieron. Eso en el cambio de la organización de un lado para otro, se perdieron las cajas donde estaban los documentos, consideraron que eso era basura. Gastamos 2 millones de pesos cuando eso pudo haberse fotografiado. Luego aprendimos que podíamos fotografiar.
Una experiencia muy positiva, que a nosotros como Verdad Abierta nos dio muchas luces luego estudiando los documentos, fue acceder en Medellín al expediente completo del cartel de Medellín. Que eso de acceso público y está en unas bodegas de la judicatura y lo usamos tanto para trabajos de Verdad Abierta como para un libro de María Teresa Ronderos que era la directora de Verdad Abierta que se llama Guerras Recicladas, fuimos tres personas de 8 a 5 de la tarde, durante una semana, fotografiando 60 cajas, cada caja con expedientes de 200 folios, fue muy rico fotografiarlo, tenerlo, mirar piezas procesales, nos abrió mucho un contexto de cosas que nosotros teníamos como huecos, esto nos armaba como rompecabezas, era como piezas de rompecabezas muy importantes para completar verdades dichas por los paras en Justicia y Paz, eso ha sido muy interesante. Lo negativo fue la perdida de plata y de valor y lo otro fue aprender a manejar grandes expedientes como ese y de ahí se derivó la producción de otro libro. Eso es un material que si lo sabe manejar te puede apoyar para muchas cosas.
¿Tienen miedo los expresidentes por lo que puedan hablar los archivos?
Yo si creo, claro. Yo no creo que solo los presidentes, yo creo que los empresarios y los militares y todos los organismos de seguridad del Estado. Los tres grandes sectores que podían temer el diálogo que puedan plantear los contenidos de los archivos son obviamente los agentes de gobiernos, que no solo son expresidentes, son Ministros, son Directores de departamentos, como toda esa estructura civil del Estado de varias décadas; los empresarios, ciertos empresarios que tienen intereses sectores estratégicos como la agroindustria, los hidrocarburos, muy comprometidos con la financiación del conflicto; y por supuesto los organismos de seguridad del Estado, más allá de las prácticas de los falsos positivos, antes habían mucha desaparición forzada, mucha tortura, antes había mucha encarcelación arbitraria, había mucha estigmatización de sectores alternativos o reivindicativos. Esos tres sectores, si creo.
Yo creo que siendo muy respetuoso y tocando temas muy sensibles que el día también que las Farc abran los archivos, creo que también habrá muchos temores de sectores políticos y sociales; si las Farc está dispuesta a contar la verdad, creo que al igual que pasó con los paramilitares, eso que ellos tienen que yo sospecho que tienen guardados en unidades y computadores, puede también afectar sectores productivos, sectores políticos, sectores sociales, eso pensado en las Farc. El ELN que ha tenido un entronque mayor con la sociedad podría también generar mucho ruido los contenidos de sus archivos.
Y eso hace falta para hablarnos de frente y avanzar como sociedad…
Ya tenemos gran parte de la verdad reconstruida. Digamos, de 1985 para acá, lo que es el ámbito de la ley 1448, hay mucho narrado a partir de lo que contaron los paramilitares, pero los paramilitares y nosotros hemos tenido experiencias periodísticas de complementación, tienen una versión, las comunidades tienen otra, pero hay versiones que tiene que dar la guerrilla. Nosotros una vez hace dos años fuimos al nudo del paramillo a entrevistar a jefes de las Farc y ellos nos armaron un rompecabezas que teníamos con base en testimonio de comunidad y de paramilitares y de archivos de organismos de seguridad del Estado. Claro es que se necesita toda esa verdad. Si no se arma todo ese mapa completo, eso queda vacíos, y esos vacíos pueden ser peligrosos porque pueden generar mucha impunidad, mucha insatisfacción social, no pueden sanar heridas. Creo que si se necesita que todo el mundo ponga eso encima, creo que debe Una reflexión final de cierre. Pero claro que un hecho que cometieron los paras lo pueden complementar las Farc y uno puede complementarlo adicionalmente con versiones que tenga el ejército o la policía sobre ese mismo hecho. Y eso es muy enriquecedor, la verdad.
Un mensaje le envía a los archivistas, que están ejerciendo y aquellos que se están formando…
A mi parece que tienen una labor muy fundamental en la conservación, preservación, en el desarrollo de protocolos; pero también creo que la exigencia mayor ahora y lo digo como periodista e investigador es que tengan la sensibilidad necesaria para entender que cuando va a una persona a consultar un archivo, es porque realmente lo necesita…. A veces uno encuentra que son gente (los archivistas) que obstaculiza, que en vez de facilitar obstaculiza, y uno comienza a ver el obstáculo como que oculta algo y uno comienza elucubrar cosas, incluso que pueden ser equivocas totalmente. Yo si creo que ellos además de toda la formación intelectual y técnica que se requieren, tienen que asumir una postura mucho más abierta. Un periodista no va a ir a romper los archivo, vamos a ir a complementar nuestras historias, quisiera que fueran mas sensibles…
Te agradecemos por brindarnos un espacio que queremos abrir para mostrar otras miradas y esperamos contar con tu participación en próximos eventos que realizaremos en la Sociedad Colombiana de Archivistas… porque es muy importante el tema de la interdisciplinariedad, pienso que una de las fallas de los archivistas es la falta de sensibilidad social, es necesario un mayor compromiso social para llevar la archivística más allá de lo técnico, y por eso abrir el espacio para que otras profesiones para muestren su mirada sobre los archivos siempre será importante.
Hace más de 10 años que me interesa el tema y lo estudio, lo experimento, desarrollamos proyecto con archivos, estamos en Verdad Abierta trazando una línea para trabajar ese tema. Los archivos, como decía Fabiola Lalinde hace poco, hay que ponerlos a hablar, pero necesitamos a alguien que nos ayude, y como usted dice se necesita una sensibilidad social, pero también una sensibilidad política. Que entiendan que un archivo cumple una función política. Se requiere una postura política, porque una postura política es contribuir a la verdad, y una postura política también es no contribuir a la verdad, ocultando información, y por eso se necesita una postura política de apertura. Y de valorar lo que se tiene en los archivos.
Incluso el archivista no sabe que es, no sabe interpretar lo que tiene guardado, no sabe interpretar el valor estratégico de los archivos. Eso pasa en los municipios, que uno encuentra profesionales o técnicos y uno le pide ciertos documentos porque uno ya le sabe el valor político de los documentos, cosa que no es valorado por políticamente por el archivista, no le da la dimensión política de los archivos. De esta manera se entiende que el archivo no es cualquier papel, porque si usted pone ese papel en una historia de despojo y te resuelve el despojo y le resuelve a alguien la posibilidad de acceder a su tierra, de volver a tener su feudo.